Primero, es correcto que los fondos públicos sean usados para financiar y comprar arte? La respuesta de Roger Hicks es la obvia: por supuesto que si, y de todos modos ningún político se daría el color de eliminar los presupuestos públicos destinados al arte, aunque la mayoría en su vida se interesen por visitar las exhibiciones que están financiando.
Segundo, y es aquí donde se pone más interesante: qué clase de arte deberían comprar los fondos públicos? Queremos los clásicos de artistas renombrados, con las mismas recetas de siempre, o queremos que los fondos públicos exploren las nuevas propuestas, aunque en un 90% esas propuestas sean completamente incomprensibles y carentes de valor?
De nuevo, Roger Hicks da una respuesta interesante, y algo inesperada. Una respuesta con la cual, tengo que admitir, es difícil no estar de acuerdo.
Si vamos a explorar con nuestros impuestos algo tan subjetivo como el arte, dice Roger, lo mejor que podemos hacer es gastar la máxima cantidad de dinero posible en las nuevas propuestas y nuevos experimentos. Bien lo dijo Theodore Sturgeon: "puede que el 90% sea basura, pero por lo menos disfruto del 10% restante". A la larga, un 90% del arte que financian nuestros impuestos no va a valer la mitad de lo que se pagó por él, pero lo más probable es que el 10% restante valga su peso en oro.
Además, otro punto muy interesante de Roger Hicks, qué pasará con ese 10% en el futuro? Qué tal si algún museo se hubiera dedicado a comprar Van Gogh, cuando eran considerados arte callejero sin valor? O si alguien hubiera empezado a coleccionar a Andy Warhol, cuando nadie estaba dispuesto a dar un centavo por sus fotografías? Hubiera valido la pena invertir el dinero en las nuevas propuestas, en vez de gastarlo en unos pocos clásicos sobrevaluados 75 años después?
No me malinterpreten, por supuesto que es importante invertir en los clásicos del pasado. Pero al mismo tiempo, tenemos que ver la lección que nos enseñaron esos clásicos: el vago sin nada que hacer de ayer, se convirtió en el Van Gogh de hoy.
Qué importa comprar 90% de basura, si verdaderamente disfrutamos del 10% restante?
PD - Ya que estamos hablando de los clásicos sobrevaluados, prohibido salir con la de los tractores y los violines en los comentarios xD
3 comentarios:
tengo dos comentarios al respecto a las ideas de este señor hicks:
- en primer lugar yo no veo ningún sentido económico a pagar por cosas que "la mayoría en su vida se interesen por visitar". fundamentalemnte están pagando por nada, lo que es un absurdo económico, una contradicción económica.
- segundo: de dónde saca el señor hicks que la tasa de retono es de un 10%? en base a qué? de dónde sale ese número? con qué mediciones llegaron a esa conclusión?
si hubiera una tasa de retorno de un 10% anual el mismo arte debería haber sido autosufiente hace muchísimos años.
que autosuficente!! debería estar dando ganancias millonarias!!
pero yo no veo que el arte tico le genere muchos millones dal país. parece que no es tan popular en el resto del mundo. y si no es muy popular es porque tal vez no sea ni un 10% bueno...
yo no le hago mucho caso a este señor hicks. me parece que inventa historias.
pienso que el arte mejor pagado es aquél que se maneja según los estándares de la gestión privada. es el interés privado -en contraposición con el público- el que hace valer al arte.
saludos.
jeje imaginate en el trópico el abuso que se puede hacer de esto...
Ni quiero pensar en lo que se irian los impuestos..
En realidad el 10% de Hicks se basa en la frase de Sturgeon: el 90% es basura, pero por lo menos disfruto del 10% restante. No tiene ningún respaldo objetivo ni pretende ser una cifra objetiva para hacer análisis financieros.
El punto interesante, me parece, es el hecho de que ya estamos gastando plata en arte. Todo lo que invierte el MCJD en los museos, en financiar proyectos "artísticos", en invitar gente a festivales, etc. ya es plata gastada. La pregunta es, a dónde debería ir eso... a los artistas de siempre, a los nuevos proyectos, a los salarios de los burócratas?
Aún para la inversión privada es una reflexión interesante. Puede que le resulte a los coleccionistas tener una proporción de sus fondos destinados a "throwaways"... esos proyectos que puede que no sirvan para nada, o puede que de repente se conviertan en objetos invaluables de colección.
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