Siiiii... finalmente, este viernes me llegó la feliz noticia de que mi Nikkor de 200mm, junto con otros juguetes divertidos, estaba esperándome. Por supuesto no duré 30 segundos en poner a dormir la computadora y salir disparado a recogerlo.
Primeras impresiones... el lente viene con el case duro de Nikkor, el CL-43A. Es un estuche bien tuanis, pero incómodo de llevar. Dichosamente existen alternativas como los Tamrac, que aguantan tanto la cámara como el 200mm y que de seguro estarán en mi lista de Navidad, por si alguien quiere regalarme uno =P
En sí, el juguete es pesado. Bien pesado. 1.3 kilos para ser exacto. Y con 18 cm de longitud, cuesta acostumbrarse al principio, especialmente si uno viene de manejar lentes cortos y livianos.
Traten de sostener una bolsa de arroz en la palma de la mano, sin que se les mueva el brazo. Algo así es manejar este aparato.
Pero cuando se monta sobre la cámara y uno ve de lo que es capaz, se le olvidan por completo los 1.3 kilos. El lentecillo permite acercamientos brutales, apenas para agarrar a alguien en un escenario o en un molote sin estar metido ahi. Y la apertura? 2.8 en todo el rango. Nada de que se pasa a 3.5 cuando uno le llega a los 200mm... f/2.8 sólido todo el camino.
Y la profundidad de campo que da ese 2.8, es de dar brincos de felicidad.
De hecho el fin de semana me tocó ir a estrenarlo a una iglesia. De todos los escenarios para probar un lente, me cayó el mas difícil. Y con todo y todo, se la jugó el lente. Apenas tenga chance pongo algunas fotos del fin de semana. Por mientras, para que vayan haciéndose una idea:
19 de octubre de 2008
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2 comentarios:
Felicidades por el nuevo juguete!!
Saludos
JAJAJA yo estaba todo asustado pensando que era un rifle o un cañón! Digo ahora si se armó la gorda con este mae comentandonos de sus armas! Bueno disfruta mucho tú juguete!
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