5 de junio de 2009

Cinchona: Saliendo del epicentro

No es fácil llegar, y tampoco es fácil irse. Después de estar unas horas entre los edificios vacíos y el viento, ya hay que hacer viaje. Pero pareciera que la montaña no quiere soltarlo a uno, y quiere dejarse a todos los que se animen a cruzar las fronteras de la zona cero.

Zona del Epicentro

La salida también es complicada. Uno puede devolverse hacia Vara Blanca y enfrentar el barro de nuevo, o puede aventurarse hacia Cariblanco a ver qué se topa de camino. Cualquiera de los dos es igual de estresante: kilómetros y kilómetros de caminos, sin saber qué se topará uno a la siguiente vuelta. El de Cariblanco talvez sea peor, no tanto porque esté mal el camino, sino por el vueltón que hay que dar, que parece nunca acabarse.

Zona del Epicentro

Zona del Epicentro

Hay cosas curiosas que se topa uno de camino. Lugares donde no queda nada, y al lado opuesto de la calle es como si nada hubiera pasado. Una prueba más, quizás, de que en este país todavía no sabemos construir. Las cosas bien construidas sobreviven, las otras, quedan a merced de lo que venga.

Zona del Epicentro

Y de salida, se topa uno con un viejo conocido... que también está empacándose tornillo por tornillo.

Fábrica El Angel

Fábrica El Ángel

Qué hay en el futuro para Cinchona? Los especialistas dicen que va a desaparecer. Está destinado a volverse un pueblo fantasma, donde va a quedar solo lo que no pueda llevarse la gente. Quizás sea cierto. Ya no queda mucho ahí. Por lo menos no lo suficiente como para poner las cosas en movimiento de nuevo. Algunos lugares no fueron hechos para tener ciudades.

Hasta cierto punto, es una lástima que estén tratando de borrar las huellas de Cinchona. Es normal, y siempre dan ganas de nivelar todo, y esperar que poco a poco vaya reconsruyéndose. Pero también, en Cinchona quizás hubo más historia en esa única semana del 2009, que en todos los años que tiene el pueblo de existir. Una historia que estamos quitando del mapa a punta de tractores y vagonetas.

Valdrá la pena presevarlo? Hacer seguras las ruinas para que la gente las visite? Levantar recordatorios de los que en algún momento hicieron su vida ahí, y recordatorios para las futuras generaciones de que algunas cosas es mejor no hacerlas del todo?

Les dejo la duda para que la piensen.

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