19 de septiembre de 2008

Cádiz

Algo tienen las grúas, que no deja de captar la atención de uno.

Talvez sea la fascinación de ver que con un cable casi imperceptible se mueven montañas. O ver como giran incesantemente, sin hacer el mas mínimo susurro.

Y cuando terminan, quedan congeladas como estatuas gigantes... esperando la próxima carga y el próximo giro.

2 comentarios:

Conoche dijo...

lo impresionante es su altura y que uno piensa que talvez le van a caer encima

Amorexia. dijo...

Mae, que buen post de una simple meditación por observación!

Saludos desde mi extraño país.